Los sueños de Natasha Sagardía tienen aires cordobeses, los que respiró hasta que a los 9 años debió subirse al avión y dejar el país. Y tienen olas, como las de las costas de Puerto Rico, en las que deslizándose llegó a convertirse en campeona mundial de bodyboarding en la ISA (International Surfing Association) en 2008.
En lo más íntimo, hay aún un sueño que está latiendo en su pecho.
“Estos años me voy a enfocar en lograr el título mundial de la IBA (International Bodyboarding Association). Ya tengo el título por naciones, que es el título olímpico de nuestra disciplina, pero me gustaría lograr el profesional. Estuve cerca, llegué a estar quinta y hay un nivel competitivo. Creo que puedo lograrlo, tengo el nivel…”, afirma.
Natasha nació en Córdoba hace 24 años. Llegó a Puerto Rico a los 9 y el bodyboarding –una variante del surf– fue su manera de insertarse en su nuevo entorno. Hoy es un referente de ese deporte del país centroamericano. “La Isla”, como lo llama ella.
“Nos mudamos por el trabajo de mi madre, a una casa frente a la playa. Lo primero que me llamó la atención eran unos chicos deslizándose sobre las olas. Se veía divertido y yo necesitaba algo que me conectara con el país. Extrañaba mucho. Entonces a mi mamá se le ocurrió comprarme mi primer ‘boogie’ (como llaman a la tabla)”, recuerda.
Desde entonces no paró más. A medida que fue creciendo compartió su pasión por el bodyboarding con trabajo y estudios. Fue mesera, vendió ropa, animó fiestas infantiles y hasta cortó el césped para poder sustentarse su carrera deportiva.
Primeras satisfacciones
Con el tiempo, los títulos empezaron a llegar. Fue campeona de Puerto Rico ocho veces; campeona latinoamericana; campeona panamericana; campeona del Margara Challenge; del Pro Wave, del Miss Sumol Cup, y subcampeona del Pipeline, entre otras pruebas reconocidas a nivel mundial.
Paralelamente, se graduó con altos honores en Relaciones Internacionales en la Universidad de Puerto Rico, y hoy es la cara visible de campañas del gobierno contra el alcoholismo y la droga, o dando charlas en escuelas públicas a adolescentes en alto riesgo.
“Haber logrado el título mundial me abrió muchas puertas, se logró un reconocimiento importante”, indica. Desde hace cinco años dirige la Academia SBS (Sagardía Bodyboarding School), donde enseña la disciplina a jóvenes de escasos recursos y de manera privada a su vez, mientras se mantiene en competencia.
“Puertoargentina”
“Este deporte fue el anclaje con el país. Ahora siento un cariño especial por lo argentino, y especial por Puerto Rico. Tengo afinidades por ambos países y no puedo amar un solo espacio”, señala.
Natasha fue elegida varias veces como deportista del año de bodyboarding y recibió en 2009 el premio Ases a la atleta más valiosa de Puerto Rico. Una distinción merecida para aquella pequeña cordobesa que se deslumbró al ver deslizar a los chicos en la playa, que no resignó nunca pasión por el deporte, y que llegó a ser campeona mundial. Nada menos.
Fuente: Mundo.D
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