
Una organización critica las obras iniciadas para detener el avance del mar. Ya "salvaron" dos playas y dicen que crear arrecifes es la mejor opción.
Surfrider Argentina es una organización dedicada a preservar el mar, la playa y las olas, que, con el apoyo del Centro de Geología de Costas y la Municipalidad de General Pueyrredón, ha logrado frenar una polémica obra que se había iniciado con la excusa de la “defensa costera” de la Ruta 11, en el tramo Mar del Plata – Miramar.
Estos trabajos consistían en colocar un “rompeolas” de piedra en las playas La Paloma y La Parena, con el que evitarían el avance del mar, que últimamente está haciendo desaparecer cada vez más metros de arena. Según comentó el director ejecutivo de Surfrider Argentina, Gustavo Huici, a Surflash, este emprendimiento iba a “destruir dos playas de bolsillo”.
Según denuncian, la construcción forma parte de un negocio millonario, con el que no se solucionaría el problema de fondo, porque el piedraplén bloquea la vista del horizonte y, además, obstruye el flujo normal de la marea, que mantiene la arena y el mar libre de suciedad y contaminantes.
“Esa obra era innecesaria, ya que la erosión que amenaza no es de una magnitud tal que amerite destruir la playa con una escollera”, aseguró Huici, y agregó: “Esto lo pudimos demostrar gracias al Servicio de Hidrografía Naval de 1970, que nos facilitó la información necesaria. De no ser por ellos hubiese pasado lo mismo que ocurrió con Cabo Corrientes y con Torreón del Monje, donde las estructuras de cemento y las piedras destruyeron dos playas espectaculares. El gran problema en Mar del Plata es que se confunde progreso con cemento”, sentenció.
Asimismo, Huici, de 54 años, remarcó que su organización “solicitó que toda la zona sea considerada como Reserva Natural” y que “fue aceptada una presentación realizada en conjunto con la Asociación de Surf Argentina, para que sea considerada La Paloma/La Parena como santuario del surf mundial”.
Sin embargo, lamentó que “debido al peligro de destrucción de la ruta 11, no se pudo impedir que se hicieran los piedraplenes al Sur de los Hoteles de Chapadmalal, con la consecuente mutilación del acantilado para su construcción”.
Propuesta alternativa
Como contrapartida a los perjudiciales “rompeolas”, la organización busca combatir la erosión de la costa mediante el uso de arrecifes sumergidos. Según explican, esta estructura blanda protegerá las playas manteniendo a la vez su carácter natural, y haciendo romper las olas mar adentro. Así, podrían ser aprovechadas para todos los deportes acuáticos y aumentaría también el hábitat marino, favoreciendo la pesca deportiva.
Con este sistema, “la calidad de las olas aumentaría, ya que van a romper poco a poco, y esto permitirá que sean utilizadas como recurso recreativo”, asegura Huici. Además, “los arrecifes generan algas que favorecen al hábitat marino, y ayudan a absorber el dióxido de carbono y a disminuir el calentamiento global”, señala.
Entre otras de las causas que defiende, Surfrider Argentina viene trabajando para que en la costa argentina se cree una ley que proteja las olas, ya que “son un recurso natural de recreación. De hecho, en Perú ya hay una ley de este tipo, pero en nuestro país todavía no”, lamentó el director.
“Hay muchos recursos naturales que no se están cuidando”, continúa. “En Europa y muchos otros países se preocupan por la correcta utilización del agua, un recurso no renovable. En cambio, acá la usamos para regar el cemento como si fuese pasto”, comparó.
Para calmar un poco los ánimos, Huici también reconoció que, pese a todos los contratiempos, “hay esperanza todavía de poder evitar estas cosas. El mar es un inmenso parque de diversiones y es gratuito. Por eso es responsabilidad de todos cuidarlo y agregarle valor como una forma de inversión”, concluye.
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